El poeta argentino Facundo Cabral en algún momento dijo: " No perdiste a nadie, el que murió simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón".
Tuvimos la oportunidad de conversar por mucho tiempo profesor, dificil no recordar el transito de la Candelaria y los mensajes recurrentes, todo planificado para poder recrear la historia. La llegada, un pequeño restaurante de espacio libre frente al inmenso edificio, el pasillo largo hacia el ascensor y un paso lento te acompañaba, la firmeza nunca abandono para seguir dando la majestad necesaria. Buen día señor Velasquez, como ha estado? Es un placer.
Hogar adornado con recuerdos familiares, tu esposa Nancy siempre a tu lado, te ayudaba a darle vida a algunas cosas extraviadas en tu inmensa memoria de vivencias, "(...) recibí una crianza de abuelos, porque fui huérfano de padres desde los 3 años (...) y desde muy pequeño mis abuelos paternos se encargaron de mi educación, ya llegado a Caracas, no dejaba de estar en la calle jugando las caimaneras, eso fueron mis primeros contactos con el béisbol. Luego conformamos, yo ya muchacho, un equipo en La Vega, ya para la época vivíamos en La Vega, pasado el tiempo a mi me llamaba la atención y me disgustaba la actitud que tenían los peloteros de agravio y de vaina contra los árbitros (...) ya yo era anotador y con algún conocimiento decidí salir al terreno como árbitro independiente (...) desde aquellos días no he dejado de pensar en arbitraje, de defenderlo contra todo, desde aquellos días no he dejado de pensar en mi pasión. (...)"
mi profesor el el liceo san francisco javier de lidice dios lo tenga en su santa gloria
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